La acción técnica del jugador que recibe el balón debe ajustarse a la situación de juego que se manifiesta en cada momento. La velocidad de ejecución del poseedor facilitaráel control del juego/balón del equipo que lo posee, dificultando en gran manera la acción defensiva del equipo adversario.

Es aconsejable, por tanto, el juego del balón a 1 o 2 toques siempre que:

  • El poseedor pueda hacerlo a nivel de ejecución.
  • Los compañeros lo posibiliten.

En determinadas ocasiones el poseedor debe determinar el control del balón para:

  • Realizar una conducción (si tiene espacio libre de progresión y no hay un apoyo óptimo en profundidad).

El tiempo que utiliza en la conducción provoca una fijación/basculación de los adversarios hacia su zona, hecho que permitirá en segunda jugada la existencia de espacios libres en las zonas de otros compañeros.

  • Realizar un regate en una situación de 1:1 (con espacio de salida) cuando el contrario no permite el pase. Esta acción provocará un claro desequilibrio colectivo en la acción defensiva del contrario, siempre que una vez realizado el regate realice el “segundo toque/jugada” con el balón.

En estos casos el juego a dos toques técnicos vendrá condicionado por la posibilidad de intercalar estas dos acciones entre la recepción y el pase/centro/remate.

Por tanto hablaremos de 2 toques “tácticos” ya que consideramos el regate y la conducción como acciones, cuando son colectivamente correctas, que no distorsionan ni reducen la velocidad de ejecución pretendida.

De esta manera evitaremos provocar en los entrenamientos (con los dos toques técnicos), que jugadores que están solos, con espacio para la progresión, tengan que jugar a un compañero (incluso estando marcado) en lugar de progresar/fijar, aspecto que después manifestará en la competición:

Por ejemplo: el central, sólo, en vez de progresar y provocar que el defensor de un compañero lo fije a él y deje sólo al compañero (de manera que el pase del central será mucho más eficaz), hace el pase directamente a este compañero marcado, acción que puede provocar una posible pérdida del balón.