Espacio de juego determinado (entre 300 y 400 m2.) que afecta a la posición/demarcación de juego de uno, de dos o de ningún jugador, si el sistema así lo establece.

Resulta evidente que el sitio donde se encuentra el balón afecta de manera directa tanto a la situación de juego como a la consigna que permite resolverla. Por esta razón debemos clasificar los espacios del terreno en diferentes zonas/demarcaciones de juego, para después poder concretar la consigna/Fundamento de cada una de las diferentes situaciones del juego que puedan darse.

Debemos acostumbrar al jugador a distinguir las distintas zonas relacionándolas con las líneas o círculos marcados en el campo, de esta forma, será fácil para él ubicarse en el terreno de juego.