LOS OBJETIVOS DEL ENTRENAMIENTO PARA LA MEJORA DEL SISTEMA DE JUEGO.

Como hemos visto el Juego colectivo y los Fundamentos Universales, así como la utilización del recurso de los Movimientos del Sistema, son aspectos que proporcionarán al equipo la lógica y la coherencia necesaria para un juego eficaz en la aplicación del estilo de juego asociativo/posicional.

Nada de lo establecido en los fundamentos ni el propio desarrollo del juego es posible si no se parte de una estructura definida en cuanto a la ocupación racional, y por tanto del aprovechamiento del espacio (sistema). La definición, aplicación y mejora del Sistema de Juego es por tanto un aspecto trascendental antes de iniciar la actividad.

No podemos ni debemos banalizar esta estructura de juego, ya que sin ella ningún aspecto colectivo se podrá desarrollar de forma correcta. Debemos, además, concretar las posibles variantes del sistema base y tenerlas en cuenta en el entrenamiento para su posible aplicación.

El entrenador por tanto deberá determinar el sistema de juego que conviene desarrollar según:

  • La calidad técnica/táctica ofensiva y las características individuales de sus jugadores.
  • El nivel defensivo del equipo/jugadores.
  • Los aspectos deficientes del juego de nuestros jugadores, de forma que no lleguen a manifestarse.
  • Los aspectos destacables de nuestros jugadores, de modo que se propicie su manifestación, de forma que su nivel de actitud y eficacia resulten óptimos.
  • El estilo de juego utilizado por el equipo y las características que definen su juego defensivo.
  • La capacidad física y psicológica del equipo.
  • Las formas de juego, la calidad y las características ofensivas y defensivas, previstas, de los contrarios.

ANÁLISIS DE LOS SISTEMAS DE JUEGO.

Cómo hemos visto, una variante ofensiva o defensiva del sistema de juego puede ser de uno u otro sistema, dependiendo de cuáles sean las características de los jugadores que ocupan cada línea.

Todo ello nos lleva a destacar la gran importancia que tiene tanto el sistema de juego como el hecho de que se mantenga la disposición establecida en él durante todo el encuentro –equipo “estructurado”- (no sólo en el momento de iniciarse el partido como parece ocurrir en algunos casos).

Resulta obvio que esta disposición se ve modificada momentáneamente al realizarse los movimientos colectivos y las acciones tácticas de soporte, cuando un jugador sale fuera de su zona de juego para ayudar a los compañeros a superar la oposición del contrario.