*(Para extenderse y profundizar en este tema se puede consultar el volumen de la colección: 4.3)

De los seis procesos de Alto Rendimiento desarrollados como refuerzo empírico del trabajo de investigación, reproducimos tres de ellos que por sus características serán una interesante referencia para el entrenador. Lo son tanto desde la perspectiva de viabilidad en relación a las estructuras de tipo medio-bajo existentes actualmente en el fútbol, como por los medios técnicos, económicos, estructurales, capacidad de selección de jugadores, etc. de los que se dispone en la mayoría de entidades que desarrollan fútbol formativo.

En los tres casos confluyen una serie de aspectos que permiten valorar la relevancia de este tipo de procesos. Los tres proyectos los plantearemos relacionándolos con la entidad donde se desarrollaron y en el orden de la temporalidad de su ejecución:

  • El caso A: “E.F. Blanca Subur”.
  • El caso B: “Palamós/Federación Catalana de Fútbol”
  • El caso C: “Fundació Atletic Vilafranca”.

 

CARACTERÍSTICAS DE LAS TRES ENTIDADES Y SUS PARTICULARI­DADES EN RELACIÓN AL PROYECTO.

Caso A: E.F. Blanca Subur:

Era una de las pocas entidades en Cataluña que únicamente desarrolla fútbol base y en consecuencia su único propósito es la formación. Ubicada en Sitges una pequeña población de la comarca del Garraf.

En el momento de iniciarse el proceso sus equipos se encontraban en el nivel medio-bajo de las distintas competiciones en las que participaban, la categoría de 1ª división era la máxima asumida en competición y en ningún caso ningún jugador salido de sus promociones había alcanzado el nivel profesional.

Los medios de los que se disponía para el entrenamiento eran los habituales en la mayoría de equipos en aquellos momentos. La capacidad de captación de jugadores se limitaba al entorno de la propia ciudad, lo que configuraba plantillas con jugadores que en un 90% eran de procedencia local.

Caso B: Palamós / FCF:

La Federación Catalana determinó, mediante su comité técnico de fútbol base, desarrollar un proceso de investigación que permitiera mediante un trabajo específico, disponer de una programación en aquellos momentos inexistente: el objetivo era que los responsables técnicos del fútbol base del país, dispusieran de una propuesta inicial en relación a un proceso que en aquellos momentos se denominaba de “tecnificación”.

Se trataba por lo tanto, de realizar una selección de nivel medio-bajo con jugadores pertenecientes a equipos que en ningún caso compitieran en una categoría de fútbol base superior a 1ª división, y que pertenecieran proporcionalmente a las cuatro provincias del país.

El grupo convivió en la ciudad de Palamós (Girona), ubicando a los jugadores en dependencias municipales, desarrollando su actividad académica en el instituto de la ciudad y realizando la actividad deportiva en las instalaciones del club de fútbol de la ciudad. El coste del proyecto fue financiado por la FCF con el patrocinio de la Generalitat de Cataluña.

Caso C: Fundació Atletic Vilafranca:

Entidad ubicada en la población de Vilafranca del Penedés (Barcelona), como en los casos anteriores, las categorías de los equipos en ningún caso superaban la 1ª división de fútbol base. En este caso existía un primer equipo que militaba en la tercera división nacional, pero que en su plantilla solamente un jugador provenía del fútbol base de la entidad.

Como en los dos casos anteriores, los jugadores con los que se inició el proceso terminaban su etapa de cadetes, incorporándose al proceso como juveniles de primer año. En ningún caso se incorporó al grupo durante el proceso a ningún otro jugador.

Los medios de los que se disponía para el entrenamiento eran los habituales en la mayoría de equipos en aquellos momentos. La capacidad de captación de jugadores se limitaba al entorno de la propia ciudad lo que configuraba plantillas con jugadores que en un 100% eran de ámbito local.

 

ASPECTOS COINCIDENTES EN RELACIÓN A LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS GRUPOS

La selección de jugadores de nivel medio-bajo, se determinaba con el propósito de que los resultados que se pudiesen obtener, en ningún caso se relacionaran con la calidad que ya manifestaban los jugadores al iniciar la actividad.

Antes de desarrollar los procesos de Alto Rendimiento en estas tres entidades, las estadísticas nos confirmaban que ningún jugador de sus equipos había participado después del proceso formativo (en la etapa sénior) en un equipo de primera o segunda división, únicamente cuatro de ellos habían llegado a jugar en la tercera división nacional. Del mismo modo, ninguno de los jugadores que se incorporaron a nuestro proyecto habían jugado anteriormente con un equipo de fútbol base de categoría nacional o división de honor (no habían sido solicitados por ningún equipo de estas categorías).

Toda la actividad prevista, tanto en el ámbito estructural, económico, tecnológico como de soporte técnico, era la habitual en cualquiera de las entidades que realizaban fútbol base en aquellos momentos. Es decir, lo que se realizó era aplicable en cualquier otro equipo o club de Cataluña que dispusiera, obviamente, de una estructura completa de fútbol base (equipos compitiendo a un nivel medio en las distintas categorías federativas).

Antes de iniciarse la actividad se expuso el proyecto a los responsables del club, los propios jugadores y a las familias, de forma que existiera el compromiso de aceptar, apoyar y facilitar las tareas que se propusieran como elemento básico para su desarrollo.

No se planteó ningún objetivo previo, se trataba de desarrollar el proyecto y determinar en cada caso los efectos que proporcionaba el trabajo realizado, creando un Feedback continuado a medida que la actividad y las experiencias acumuladas nos iban facilitando información de la evolución de los jugadores.

A partir del inicio de la actividad no se incorporó a ningún otro jugador.

El proceso se planteaba para desarrollarlo durante los tres años de juvenil que completaban el proceso formativo de los jugadores. En los tres casos no se pudo finalizar el proyecto ya que en el último año la mayoría de ellos se incorporó a la disciplina de distintos equipos de máximo nivel (división de honor), aspecto que no permitió experimentar la última fase de proceso, pero que sin lugar a dudas permitió confirmar el éxito del trabajo desarrollado en las dos primeras fases.

 DESCRIPCIÓN DE LAS CARACTERÍSTICAS DEL GRUPO

 

Caso A

“Blanca subur”

Caso B

“Palamós”

Caso C

“Fundació Atletic Vilafranca”

Equipo técnico

- primer entrenador.

- segundo entrenador.

- apoyo de un centro de fisioterapia (*).

- apoyo de un centro de recuperación (*).

(*) El coste fue asumido de forma individual por la familia de cada jugador.

- primer entrenador.

- segundo entrenador.

- preparador físico.

- apoyo del equipo de psi­cología deportiva de la Generalitat de Cataluña.

- apoyo médico y de recuperación del CF Palamós.

- primer entrenador.

- segundo entrenador.

- apoyo del entrenador de porteros de la entidad.

- apoyo del fisioterapeuta de la entidad.

- apoyo de un centro de recuperación (*).

(*) El coste fue asumido de forma individual por la familia de cada jugador.

Los jugadores

- 18 jugadores juveniles de primer año correspondientes al cadete de primera división del club.

- grupo homogéneo de parecido nivel en relación a la categoría, con 2 casos superándolo y 5 casos de nivel inferior.

- manifestación de un nivel correcto de motivación hacia el proyecto.

- participación baja de las familias en el proceso.

-16 jugadores juveniles de primer año pertenecientes a equipos cadetes de distintas entidades que compe­tían en la categoría de primera división.

- grupo heterogéneo con características variables tanto en el nivel deportivo, en los aspectos relativos a la concepción y filosofía del juego como de su procedencia social.

- manifestación de un alto nivel de motivación hacia el proyecto.

- participación alta de las familias en el proceso.

 

- 17 jugadores juveniles de primer año correspondientes al cadete de primera división del club.

- grupo homogéneo de parecido nivel en relación a la categoría, con 3 casos superándola y 4 casos de nivel inferior.

- manifestación de un nivel medio de motivación hacia el proyecto.

- participación media de las familias en el proceso.

La

cohe­sión

- se manifestaba dentro del grupo una falta de interés especial hacia el proyecto, las circunstancias personales, familiares y del entorno social que las características de la ciudad y de la propia entidad presentaban, dificultaron la consecución de una verdadera cohesión de grupo.

- la motivación del jugador hacia el proyecto se manifestaba más hacia un objetivo particular / individual, que hacia la consecución de una meta común. Sin eliminar esta tendencia, se plantearon estrategias que permitieran mantener el grupo unido, en busca de metas y objetivos comunes. El tipo de competición planteado en la segunda temporada nos facilitó este objetivo.

- A partir de la experiencia vivida en el caso A, en este grupo antes de iniciar la actividad de campo, se realizaron reuniones individuales y colectivas con los jugadores con el fin de exponerles las particularidades del grupo y los objetivos específicos a conseguir a medio plazo. Estas charlas se completaron con la realización de una pequeña concentración que permitió alcanzar una parti­cular relación del grupo hacia el proyecto.

 

 

LA DINÁMICA DEL GRUPO

 

Caso A

“Blanca subur”

Caso B

“Palamós”

Caso C

“Fundació Atletic Vilafranca”

El otro generalizado

- para un desarrollo adecuado del proyecto los jugadores al incorporarse al grupo deberían pasar a formar parte de una comunidad, no solo en el sentido puramente deportivo, sino en toda su actividad social y educativa.

 

- cada uno de ellos debía compartir su entorno familiar, educativo y social con la actividad en el grupo y con el objetivo individual que los unía.

 

- en el caso C y sobretodo en el caso A se consiguió, aunque probablemente la participación en los proyectos de un coach hubiese mejorado este objetivo (confirmamos este aspecto en otros proyectos realizados).

 

Los “rituales” en el grupo

- la configuración especial del grupo tanto en relación a la actividad a desarrollar como en la de sus objetivos, conlleva la necesidad de que se normalicen costumbres y rutinas que permitan mantener un estado motivacional, de auto confianza, de disciplina… óptimo:

→Uso por cada jugador del mismo número de camiseta.

→Gestos específicos antes de salir al campo.

→Frases o juegos cuando un ejercicio sale bien.

→Respuestas ante situaciones difíciles.

→Actividad antes del partido (concentración, visualización…)

→Etc.

 

- la situación especial del grupo no propicia la existencia de los “ritos tradicionales” que son habituales en otros equipos.

 

La retórica deportiva

- en la primera temporada la utilización de la retórica deportiva se utilizó fundamentalmente para conseguir la pretendida dinámica de grupo y apoyar la actividad en el entrenamiento y la competición:

→Tú eres importante, por eso estas aquí, pero también eres parte de un equipo, sin él, nunca conseguirías tus objetivos…

 

- ya en la segunda temporada se alterna con inputs de motivación individual:

→Mira a tu contrario, puedes dejarlo sentado con un quiebro, pero engáñalo hacia su izquierda, su punto fuerte, y sal por su derecha…

→Él es más rápido,

 

 

La inercia de la historia

- no existía “historia” del grupo como actividad específica, por lo tanto, la inercia social la conectamos con otras experiencias y resultados desarrollados por el equipo técnico. De modo que los impulsos positivos provocados por aquellas experiencias los utilizamos (frecuentemente con una retórica grupal e individual) para conseguir la cohesión del grupo (tan importante para noso­tros en el inicio del proyecto).

 - durante la actividad semanal intercalábamos partidos (sobre todo en el segundo caso, al no participar en una competición relevante) contra equipos que aun no siendo superiores a nosotros, para el jugador resultaban (por su tradición histórica) equipos de referencia. Los “buenos resultados” representaban impulsos positivos que nos ayudaban a mantener el estado óptimo para el desarrollo adecuado del intenso trabajo a realizar en las sesiones de entrenamiento.

 

 

La cultura del grupo deportivo

- en la medida que los equipos fueron adquiriendo su status, fueron apareciendo normas de comportamiento que lo identificaban del resto de grupos/equipos:

→Hábitos en la vestimenta.

→Formas de realizar los calentamientos.

→Hábitos en el comportamiento antes y después de los partidos, entrenamientos…

- el sentimiento de “equipo” se manifestaba más ostensiblemente que en la mayoría de equipos, provocado quizá, por la dinámica específica del grupo y las características sociales del mismo.

- es obvio que en muchos aspectos se manifestaba la transcendencia que provoca la “cultura” de equipos de referencia y esto se vinculaba a diversas manifestaciones del grupo (individual y colectivamente). Sobre todo el primer año, a partir de aquí y debido a las características ya expuestas, el equipo fue “creando” su propia cultura.

 

 

La superación del fracaso

- el hecho de fracasar en su realización personal, tanto en los partidos de competición como en el desarrollo de la actividad en los entrenamientos (sobre todo en la primera temporada) se gestionaba:

→Con el análisis de las causas que provocaban el fracaso y el convencimiento de que con el trabajo modificaríamos el resultado.

→Planteando el resultado final a largo plazo (proyecto).

- este planteamiento ayudó no solamente a superar la afectación negativa, sino que se utilizó para motivar la realización de trabajos específicos que posibilitasen la mejora, rectificación y superación posterior de la(s) acción(es) analizada(s).

 

 

LA ACTIVIDAD DEPORTIVA

 

Caso A

“Blanca subur”

Caso B

“Palamós”

Caso C

“Fundació Atletic Vilafranca”

La competición

- la primera temporada en el campeonato de liga de juvenil de primera división.

- en la segunda temporada en el grupo de preferente.

- en la primera temporada los jugadores competían los fines de semana con sus respectivos equipos de procedencia.

- en la segunda temporada se plantearon partidos durante la semana con equipos de nivel superior (regional preferente, nacional y división de honor de juveniles…) y con el primer equipo de la ciudad (2ª división en aquellos momentos). Se alternaban estos partidos con periodos con actividades de entrenamiento donde se motivaba más la proyección individual.

 

- las dos temporadas en el campeonato de liga juvenil de primera división.

Los entrenamientos

- cuatro sesiones semanales más una doble sesión.

- dos sesiones diarias tres días.

- una sesión en un cuarto día.

- en total: siete sesiones semanales.

 

- cuatro sesiones semanales más una doble sesión.

El trabajo realizado concluyó (junto con otras experiencias) con la definición de la planificación, programación y las tareas que se exponen en esta colección. Obviamente en el desarrollo de estos tres proyectos, muchos de los aspectos propuestos en estos volúmenes aún no se habían determinado.

 

LOS RESULTADOS

En los tres casos no se pudo realizar la tercera temporada, ya que la categoría de la que disponía la estructura en la que se desarrollaba el proceso no era la adecuada para el nivel que los jugadores ya manifestaban, así que la mayoría de ellos fueron traspasados a distintos clubes que solicitaron su incorporación.

El resultado final pues, no era representativo en relación al desarrollo del proyecto al estar incompleto, aun así y quizás por este motivo la valoración la realizamos bajo dos parámetros:

  • Último año de juvenil:
  • 18 jugadores en equipos de división de honor.
  • 5 jugadores en la categoría nacional.

 *en este apartado no contabilizamos a los jugadores del caso A (Blanca Subur), ya que entonces la categoría de juveniles solo contemplaba dos años. En este caso, sin embargo, el equipo subió a la categoría nacional (máxima categoría de juveniles entonces, ya que no existía la división de honor) con lo que damos por supuesto que la mayoría de jugadores hubiesen participado en esta categoría de continuar la actividad un tercer año.

  • En la etapa sénior:
  • 2 jugadores en la primera división nacional.
  • 12 jugadores en la segunda división nacional.
  • 8 jugadores en la tercera división nacional.

 

CONCLUSIONES

Como ya comentamos en el volumen 3.1. “las estructuras en el proceso formativo”, el fútbol base se desarrolla en distintas estructuras con distintas finalidades:

  • Fútbol base desde una perspectiva “lúdico-social”, cuya única finalidad es la de facilitar – estimular la práctica deportiva como actividad recreativa.
  • Fútbol base con objetivos propios del máximo rendimiento, es decir, la principal finalidad es la de conseguir y mantener resultados deportivos / categorías de máximo nivel. Se fundamenta en la selección constante de los mejores jugadores sin ninguna intención formativa, por lo que la selección y el paradigma del resultado son la única consigna establecida.
  • Fútbol base con el objetivo prioritario de formar al jugador.

Esta última estructura es en la que se basa toda la propuesta expuesta en esta colección y se ajusta a las intenciones de la mayoría de entidades que desarrollan fútbol base. Sin embargo, aun siendo ésta en teoría la finalidad principal, en muchos casos la valoración del resultado, éxito o fracaso de la actividad, se determina en la consecución de alcanzar una determinada categoría sin tener en cuenta el nivel alcanzado por los jugadores que han intervenido en el proceso.

El Alto Rendimiento es la actividad última del proceso de formación que nos va a permitir recuperar aquellos aspectos que durante el proceso formativo, por distintas causas, no se han podido conseguir.

La valoración que los responsables de cada entidad deberían realizar al finalizar cada promoción, en relación a los objetivos previstos durante el desarrollo del proceso formativo, serían por lo tanto:

  • El nivel de juego que los jugadores de la promoción han adquirido, adquirido, independientemente de la categoría donde han jugado o que han conseguido.
  • La categoría del equipo sénior que ha solicitado su incorporación y en la que el jugador va a desarrollar su actividad a partir de alcanzar la madurez necesaria.
  • La incorporación del jugador al primer equipo de la entidad (si dispone de él).

 Es obvio que la consecución de categorías durante la actividad desarrollada en el proceso formativo debería ser una consecuencia de la actividad realizada, siempre que este éxito deportivo sea el resultado de una adecuada formación, no el objetivo principal de la actividad (ya que como sabemos el máximo rendimiento no es sinónimo de una buena formación, sino de conseguir la manifestación de un alto nivel de eficacia en relación a las características del jugador independientemente de su nivel).

Es necesario, por lo tanto, que los responsables técnicos de la entidad realicen un análisis objetivo de los resultados de, al menos, tres promociones que hayan finalizado su actividad formativa (ver volumen 3.3. –Capítulo 5- ). Debemos, en consecuencia, evaluar y relacionar el éxito del proceso, con los niveles y categorías en las que los jugadores realizan su actividad sénior y en todo caso al nivel de juego que manifiestan en esa competición.